Durante siglos, la imagen del vikingo se ha asociado al estereotipo de hombres escandinavos altos, rubios y de ojos claros. Sin embargo, un estudio internacional dirigido por Eske Willerslev, profesor de la Universidad de Cambridge y director del Centro de Geogenética de la Fundación Lundbeck de la Universidad de Copenhague, ha transformado esta percepción.
A través del análisis de ADN antiguo, los investigadores han demostrado que ser vikingo no dependía exclusivamente de la herencia genética, sino de la identidad cultural, las costumbres y la forma de vida.
Diversidad genética en la era vikinga
El proyecto genómico, considerado el mayor realizado hasta ahora sobre esta población, secuenció 442 genomas procedentes de restos arqueológicos hallados en Europa y Groenlandia.
Los resultados revelan que muchos individuos enterrados como vikingos tenían ascendencia no escandinava, con orígenes en el sur de Europa, las Islas Británicas e incluso Asia. Este hallazgo rompe con la visión tradicional y confirma la existencia de un flujo genético constante hacia Escandinavia, tanto antes como durante la Era Vikinga.
La investigación, realizada en colaboración entre las universidades de Cambridge, Copenhague, Oslo y otras instituciones europeas, ha demostrado que los grupos vikingos eran mucho más heterogéneos de lo que sugería la historiografía clásica.
De hecho, se han encontrado restos con cabello oscuro, piel más morena y ojos marrones, lo que evidencia una diversidad fenotípica inesperada.

Identidad cultural más allá de la genética
Según Willerslev, los resultados deben cambiar “la percepción de quién era realmente un vikingo”.
El concepto de “ser vikingo” se debe vincular a la participación en actividades marítimas, comerciales y guerreras, más que a un linaje puramente escandinavo. Los datos genómicos muestran que personas locales de diferentes regiones europeas adoptaron costumbres vikingas y fueron enterradas como tales, sin necesidad de compartir el mismo ADN ancestral.
La arqueóloga Cat Jarman, del Museo de Historia Cultural de Oslo, destaca como ejemplo el hallazgo en Estonia de cuatro hermanos enterrados juntos en un barco funerario, acompañados de otros individuos emparentados y ajenos al linaje directo. Este tipo de hallazgos confirma que la organización social vikinga integraba tanto lazos familiares como alianzas culturales.
Movilidad Vikinga
El estudio revela también un elevado grado de movilidad individual.
Casos como el de dos parientes encontrados en tumbas de Oxford (Reino Unido) y Dinamarca ilustran la capacidad de desplazamiento de estos grupos.
Asimismo, se confirma que los vikingos daneses tendían a dirigirse a Inglaterra, los suecos hacia el Báltico y los noruegos a territorios como Irlanda, Islandia y Groenlandia, sin mezclarse en exceso entre sí.

Legado Genético
En cuanto al legado genético, los investigadores hablan de las huellas de ADN vikingas que permanecen en las poblaciones actuales.
Este “genoma vikingo” no es un único marcador, sino un conjunto de variantes genéticas identificadas al comparar el ADN extraído de restos humanos vikingos con el de poblaciones modernas.
Gracias a esa comparación, se estima que aproximadamente un 10 % de la población sueca y un 6 % de la población británica conservan rastros de este pasado.
No se trata de una herencia uniforme, sino diversa y atenuada, lo que refleja tanto la amplitud de su expansión como la complejidad de sus contactos con otros pueblos.
Del mito al ADN: la diversidad de un pueblo
El trabajo de Willerslev y su equipo, junto con aportaciones de especialistas como Erika Hagelberg (Universidad de Oslo), ofrece una nueva visión sobre la identidad vikinga.
Los resultados genómicos confirman que ser vikingo era una forma de vida, ligada al comercio, la navegación y la guerra, más que a una cuestión de herencia genética pura.
Gracias a la genética poblacional, se desmitifica la imagen del vikingo rubio y uniforme y se pone de manifiesto la riqueza cultural y biológica de esta sociedad. El estudio constituye un ejemplo de cómo la ciencia puede corregir estereotipos históricos y aportar un retrato más preciso, diverso y humano del pasado europeo.
Esto también demuestra cómo la procedencia y apariencia no resultan tan importantes como los valores que se eligen vivir; una lección que puede trasladarse perfectamente a la actualidad.
No olvidéis dar un vistazo a nuestra Tienda Medieval; tenemos una colección Vikinga especialmente para vosotros.