Una invención que cambió la historia
El arco y la flecha, cuyas bases surgieron hace más de 20.000 años, son posiblemente las armas más influyentes en la evolución del ser humano.
Mucho antes de las primeras civilizaciones, el ser humano ya había ideado un sistema eficaz para lanzar proyectiles con precisión y potencia. Esta tecnología no solo revolucionó la caza, sino que también desempeñó un papel decisivo en la guerra, el deporte y la cultura.
La universalidad del arco, presente en casi todas las culturas, lo convierte en símbolo de adaptación, evolución y destreza.

Orígenes y presencia en museos
Los primeros restos arqueológicos de arcos se remontan al Mesolítico, con ejemplos hallados en Europa, África y Asia.
Uno de los hallazgos más antiguos proviene de Stellmoor (Alemania), donde se encontraron fragmentos de arcos de madera de hace más de 8.000 años.
En el Museo Nacional de Dinamarca y el Museo Británico pueden verse ejemplos de arcos neolíticos y puntas de flecha de sílex.
En España, el Museo Arqueológico Nacional conserva puntas de flecha prehistóricas y representaciones de arqueros en arte rupestre levantino, testimonio de la importancia del arco en la Península Ibérica desde tiempos remotos.
De arma de caza a instrumento de guerra
Durante milenios, el arco fue una herramienta esencial para la supervivencia.
Con el paso del tiempo, su uso se extendió a los conflictos armados.
Las civilizaciones del Antiguo Egipto, Asiria, China y los pueblos escitas desarrollaron sofisticadas formas de arquería militar.
Uno de los ejemplos más emblemáticos es el arco compuesto, usado por hititas, persas y mongoles. Este tipo de arco, hecho de madera, cuerno y tendones, ofrecía gran potencia en un formato más corto, ideal para su uso a caballo.
Durante la Edad Media europea, el arco largo inglés (longbow) fue crucial en batallas como Agincourt (1415). Fabricado en tejo, era capaz de perforar armaduras a gran distancia y requería años de entrenamiento.

Tipos de arco a lo largo de la historia
Arco largo (longbow)
Originario del norte de Europa. Largo, simple y poderoso.
Se usó especialmente entre los siglos XIII y XV.
Arco recurvado
De origen asiático y mediterráneo. Usado en culturas como la persa, escita y otomana.
Sus extremidades se curvan hacia fuera, lo que proporciona más fuerza en menor longitud.
Arco compuesto
Utiliza diferentes materiales unidos para mejorar rendimiento.
Muy común en Asia Central. Compacto y perfecto para arqueros ecuestres.
Arcos ecuestres
Diseñados para usarse a caballo, cortos y recurvados. Requieren dominio técnico y velocidad.
Usados por hunos, mongoles y samuráis.
Arcos de competición o RFB (Recreación Histórica y Batalla)
En la actualidad, los arcos se adaptan a la competición, la recreación histórica y la práctica deportiva.
Se fabrican tanto en materiales tradicionales como modernos (fibra de vidrio, carbono).
Las categorías de arquería en torneos incluyen recurvado olímpico, arco desnudo (barebow) y arco compuesto.

Flechas: diseño y funcionalidad
La flecha es tan vital como el arco.
Tradicionalmente hecha con astil de madera, punta de piedra o metal y plumas estabilizadoras, su diseño ha variado según el propósito: caza, guerra o deporte.
Las puntas podían ser simples para caza o afiladas y triangulares para penetrar armaduras.
Las modernas flechas para competición están hechas con aluminio, carbono o combinaciones ligeras para alcanzar velocidad y precisión sorprendentes.
Preservación del legado: museos y recreación
Museos de todo el mundo conservan arcos históricos: el Museo Metropolitano de Nueva York expone arcos japoneses (yumi) y arcos mongoles. El British Museum alberga ejemplos egipcios y escitas. En España, instituciones como el MAN conservan vestigios y representaciones gráficas.
Hoy día, el tiro con arco es una disciplina olímpica, un deporte popular y una práctica de recreación histórica.
Asociaciones de arquería y recreación medieval fomentan su estudio y preservación con rigor histórico.

Precisión y herencia en cada disparo
El arco y la flecha han recorrido un camino milenario. Desde los cazadores del Paleolítico hasta los atletas olímpicos, han sido instrumentos de precisión, fuerza y maestría.
En todas sus formas —ya sea el robusto longbow, el ágil arco ecuestre o el estilizado arco de competición— esta arma ancestral sigue viva, adaptada a los nuevos tiempos, sin perder su carga histórica y simbólica.
Su legado perdura, tensando cuerdas en cada rincón del mundo.
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