Draugar: los zombis/vampiros vikingos de la mitología nórdica

Draugar: los zombis/vampiros vikingos de la mitología nórdica

En la mitología nórdica, los draugar son los muertos que caminan: cadáveres animados con fuerza sobrehumana y sed de venganza.
Temidos por su poder y su ira, habitaban los túmulos funerarios y atacaban a los vivos.

Más que simples zombis, reflejaban la visión vikinga del más allá, los ritos funerarios y el respeto por los muertos que aún podían volver desde las frías tierras del norte.

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En la mitología nórdica, los muertos podían volver de sus tumbas para acosar a los vivos.

Una de las criaturas más aterradoras de este mundo era el draugr (plural draugar), literalmente “el que camina de nuevo”. Estos seres no eran fantasmas ligeros, sino cadáveres animados, con cuerpo físico, fuerza sobrehumana y un deseo de venganza, riqueza o caos.

Origen y naturaleza de los Draugar

El término nórdico antiguo draugr hace referencia a un muerto-viviente o revenant que habita en montículos funerarios, tumbas o palacios antiguos.
A diferencia de los fantasmas comunes, los draugar conservan un cuerpo corrupto, a veces hinchado o de tono azulado (“hel-blár”) o pálido como cadáver (“nár-fölr”).

Estos no muertos guardaban riquezas enterradas con ellos y atacaban a quienes profanaban sus tumbas.

 

Motivos y causas de su aparición

Las leyendas cuentan que una persona podía convertirse en draugr por varias razones: muerte violenta, haber sido ahogado, suicida, sin bautizar o enterrado sin los ritos adecuados.

También la envidia, la codicia o el odio podían engendrar uno: un guerrero brutal en vida podía perpetuar su violencia después de la muerte.

Terror nocturno y ataques

Acechaban especialmente en la noche.

Podían aplastar hombres o animales con su cuerpo, devorar carne y beber sangre según algunas fuentes.
También se dice que provocaban enfermedades y miseria, contaminando la tierra alrededor de su tumba.

Su fuerza era enorme, su resistencia extraordinaria, y sólo medios especiales podían detenerlos: decapitación, incineración o clavarlos al suelo.

 

Tradiciones funerarias para contenerlos

El miedo a ellos motivó rituales preventivos en la Escandinavia vikinga: cortar la cabeza al cadáver, colocarla entre sus piernas, clavar una estaca en el pecho, quemar el cuerpo, o enterrarlo de tal modo que no pudiera volver.
Estas prácticas han sido corroboradas por fuentes modernas.

También se tapaban los túmulos con piedras pesadas o se situaba la tumba en cruces de caminos para que los draugar se perdieran.

Poderes, forma y debilidades

Según las sagas, podía cambiar de tamaño —alcanzando proporciones de buey—, atravesar roca, transformarse en animales o humo, y manipular la realidad.

La luz y armas de hierro parecían sus mayores enemigos; también el fuego y la separación del cuerpo en varias partes.

 

Legado y presencia cultural

La figura de los draugar hoy inspira zombis, vampiros y no-muertos en la cultura popular.

Los vikingos llevaron sus mitos por Europa, y esos relatos han influido en la ficción moderna: sagas, videojuegos y películas recurren a la imagen del no-muerto escandinavo.

Más allá de su carácter terrorífico, el draugr refleja las creencias vikingas sobre la muerte, el más allá y el respeto a los muertos.

¿Y en qué se parece a los zombis modernos?

Al igual que los zombis que vemos hoy —cuerpos que vuelven de la muerte, atacan, buscan víctimas— los draugar son una versión ancestral de ese temor universal. Sin embargo, ellos conservaban conciencia e inteligencia, buscaban tesoros o venganzas, y tenían poderes sobrenaturales propios de la mitología nórdica.

 

El legado Vikingo en un mito que evolucionó en el tiempo

Los draugar son uno de los mitos más potentes de la cultura vikinga sobre el no-muerto. Su mezcla de cadáver animado, guardián de tumbas, enemigo nocturno y alma en pena avanza más allá del simple cuento de terror: nos muestra un mundo en el que el equilibrio entre vivos y muertos era frágil, y en el que el más allá exigía respeto.
A través de estas leyendas comprendemos mejor la mentalidad vikinga, sus ritos funerarios y su conexión con la tierra, los antepasados y el miedo a lo que vendría después.

Así pues, la próxima vez que veas un zombi en una serie o videojuego, recuerda que sus raíces podrían remontarse a las heladas tierras de Escandinavia, donde hace mil años los draugar acechaban los túmulos bajo la luna polar.

 

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