Durante la Edad Media, el combate no solo dependía de la habilidad con espadas o lanzas, sino también del impacto devastador de las armas contundentes de mano. Estas herramientas de guerra eran esenciales para combatir enemigos con armaduras pesadas, pues no necesitaban cortar ni perforar: bastaba con aplastar, abollar o causar traumas internos.
A continuación, exploramos las principales armas contundentes medievales, sus funciones, características y evolución.
Tréboles y mazas: sencillez mortal
La maza medieval es una de las armas contundentes más antiguas y efectivas.
Compuesta por un mango de madera o metal y una cabeza pesada (de piedra, hierro, bronce o acero), su uso se basaba en la pura fuerza bruta.
A diferencia de un martillo, la cabeza de la maza es radialmente simétrica, permitiendo golpear con eficacia desde cualquier ángulo.

Maza con bridas
Una evolución de la maza simple fue la maza con bridas también conocidas maza acanalada o con aletas, que incorporaba púas o bordes metálicos salientes para penetrar armaduras.
Muy utilizada entre los siglos XII y XV, fue temida por su capacidad para causar daño aplastante, incluso a través del acero.

Plançon a picot
También existía el plançon a picot, una maza de dos manos con una punta en su extremo superior, usada principalmente por soldados de infantería.
Esta arma combinaba potencia con penetración.

Estrellas de la mañana: púas al amanecer
La estrella de la mañana o lucero del alba es un arma similar a la maza, pero con una cabeza con púas metálicas.
Suele incluir una púa central larga, útil para penetrar protecciones más ligeras.
Tipos de estrella de la mañana
- Militar: fabricada profesionalmente, usada por tropas regulares.
- Campesina: hecha a mano por milicianos, con materiales locales.
- Decorativa: empleada en ceremonias, con incrustaciones de oro o plata.
La longitud variaba según el uso: las versiones para infantería eran más largas, mientras que las de caballería tenían mangos más cortos.

Rociadores de agua bendita: el arma del pueblo
El llamado rociador de agua bendita, por su parecido con el aspergilio litúrgico, era una variante inglesa de la estrella de la mañana.
Su cabeza, reforzada con puntas cortas y gruesas, era eficaz contra escudos y armaduras. Utilizado ampliamente en el siglo XVI, solía tener un mango reforzado y una estructura sólida y sencilla.
Mayales: el arma improvisada
El mayal militar (también conocido como "bola con cadena") consistía en un mango unido por cadenas a una o más bolas con púas.
Aunque su uso histórico está menos documentado que el de otras armas, fue popularizado por la literatura victoriana y es frecuente en la iconografía medieval fantástica.
Se cree que su origen está en el mayal agrícola, adaptado por campesinos en revueltas y milicias populares.
Su uso exigía habilidad, pero era temido por su imprevisibilidad y el daño brutal que infligía.

Martillos de guerra: precisión y brutalidad
El martillo de guerra medieval fue desarrollado para contrarrestar el avance de las armaduras de placas. Su impacto podía provocar fracturas, aturdimientos e incluso atravesar zonas débiles del armazón.
Tipos de martillos
- Martillo largo: usado contra jinetes desde el suelo.
- Martillo corto: ideal para lucha cuerpo a cuerpo o a caballo.
Muchos modelos incluían una púa o cuchilla opuesta al martillo, útil para enganchar armaduras o causar daño focalizado.

Picos de jinete: la lanza del golpe seco
El pico de jinete, arma originaria del mundo islámico, se parecía a un martillo con una púa larga y curva, útil para penetrar cotas de malla y armaduras.
Aunque poderosa, su peso y tendencia a quedarse incrustada en el enemigo dificultaban su uso continuo.
También se utilizaba como arma arrojadiza.

Contundencia que dejó huella
Las armas de mano contundentes jugaron un papel esencial en los campos de batalla medievales. Frente a la resistencia de las armaduras y la brutalidad del combate cuerpo a cuerpo, mazas, martillos y mayales ofrecían una respuesta efectiva, económica y sencilla.
Aunque muchas de estas armas desaparecieron con los cambios en las tácticas militares, su legado sigue vivo en museos, literatura, recreaciones históricas y escudos heráldicos.